El carbón vegetal es un medio que no creo que pueda dejar pasar, me ha mostrado su lado feo, también su lado hermoso y divertido.

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         Desde la primera vez que trabaje con carbón me enamoré de él. Me encanta la forma en que perdona todos tus errores. Por supuesto hasta cierto punto.

 

        Si has trabajado con carbón, estoy segura de que sabes a qué me refiero. Sin embargo, me ha demostrado a divertirme y disfrutar del momento. Incluso después de levantarme de la silla, teniendo carbón sobre mis pantalones favoritos.

 

       En la otra mano los pasteles son más suaves al tacto, y no tan  calcáreos o con la sensación de jis. No perdonan tanto como el carbón, pero igual de hermoso.

 

       Ahora personalmente no puedo decir que me enamoré de los pasteles como lo hice con los carbones, aunque los empecé al mismo tiempo.

 

      Los pasteles son muy frágiles y para una mano tan pesada como la mía no fueron tan indulgentes como yo esperaría que fueran. Tuve que practicar bastante. Me tomó algunos años realmente disfrutar creando arte con ellos.

 

 

     Ahora son uno de mis medios favoritos.